Ahora que hay tanto adelanto electrónico y que la CELESTE, ya tiene “Gues”, seguro también “FaceBook” y “Twitter”, quiero guardar en la cajita que ahora llaman “Computadora”, algunos recuerdos de mis tiempos de pelotero, que por cierto, tengo que reconocer no fui bueno.
Estábamos esperando que salga el equipo a la cancha y empezamos a recordar, Tito Gamboa, Chirito, El “Zuco” Ipanaqué y el “Floro” Wilson, aquellos tiempos. Gamboa pateaba tan fuerte, que los penales, los tiraba desde el medio campo y los churres campiñeros, porque en esa liga jugaba Tito, corrían a la chacra a recoger el balón. Luego pasó a liga de Huacho. Jugó en el Defensor Santa Rosa, donde no dejó buenos recuerdos, porque rompió todas las lunas de las casas que estaban frente al estadio.
Mi cumpa Ferna, así lo llamo Yo, era exquisito para tratar el balón, tenía elegancia y siempre decía: “A la pelota hay que tratarla como a una mujer, y las doñas le decían: Tú eres puro dulce”. Sus goles de panzazos eran loreados por la hinchada del Municipal de Amay, equipo que lo tiene en sus recuerdos.
El “Zuco” Ipanaqué que había jugado en su natal Piura, en “Chatito Bajo”, que queda en el Alto y defendió la redes del Estrella Roja, como arquero. Sus éxitos llegaron a oídos de dirigentes del “Sucre” de Huaura, quienes hicieron un viaje relámpago para contratarlo. Su buena campaña abrió la puerta para otros peloteros de Andahuasi. También fueron contratados el “Negro” Quispe, Julio Correa, aún en ese tiempo buena gente, y el “Toto” Lucho Villanueva.
Y del flaco Wilson, que decir, hizo sus pininos en la playa, luego pasó al Sporting Barranco, jugó en la Liga de Santa María, incluso fue seleccionado allí junto a Jorge Timbata.
Seleccionado también por Andahuasi en el torneo “Copa Azúcar”, pero lo que él no entiende, porqué se graduó como “Enfermero”, cuando jugaba junto a “Chalán”, que le decían “Jacobo”.
Estoy seguro, que querrán ustedes saber más de los “Cuatro Fantásticos” … y es fácil, lo pueden encontrar, en la Biblia, Antiguo Testamento y que lo escribió el Patriarca “Ñeco” … Amén
